jueves, 11 de septiembre de 2014

El ácido fólico y el cuidado prenatal son importantes para prevenir defectos congénitos, especialmente en las mujeres de origen hispano

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Advertencia de un experto de la Mayo Clinic


A pesar de que los médicos e investigadores de Mayo Clinic no tengan una respuesta definitiva respecto a por qué se suscitan los defectos congénitos de espina bífida, lograron identificar unos factores de riesgo importantes y dos alternativas quirúrgicas diferentes. Entre los factores de riesgo identificados están la raza, los antecedentes familiares, la diabetes, la obesidad, la mayor temperatura corporal y la deficiencia de folato.


Un reciente estudio de March of Dimes sobre el riesgo de afección del tubo neural en los embarazos, publicado en la American Journal of Public Health (Revista Americana de la Salud Pública), dice lo siguiente: “las mujeres de origen hispano corren especial riesgo de tener recién nacidos con graves defectos congénitos”. Según este informe, “en Estados Unidos, nacen más bebés prematuros de madres de origen hispano que de mujeres de otras etnias, convirtiendo a ese grupo étnico en el de mayor crecimiento a nivel nacional”. A fin de evitar defectos congénitos, la misma publicación menciona que en las mujeres de ascendencia mexicana “fortificar la masa de las tortillas con el ácido fólico de la vitamina B puede prevenir más defectos congénitos graves del cerebro y columna vertebral”.


Según los médicos de Mayo Clinic, el tratamiento de la espina bífida depende de la gravedad de la afección. Realizar la cirugía pronto puede minimizar el riesgo de infección vinculado con la exposición de los nervios, además de ayudar a proteger la médula espinal de más traumatismos.


El tubo neural se desarrolla al principio del embarazo y se cierra aproximadamente 28 días después de la concepción. En los bebés con espina bífida, una parte del tubo neural no se desarrolla o no se cierra adecuadamente, lo que provoca defectos de la médula espinal y de los huesos de la columna vertebral. Existen dos alternativas quirúrgicas para tales casos: la primera opción se realiza normalmente dentro de las primeras 24 a 48 horas posteriores al nacimiento con el fin de colocar las meninges nuevamente en su lugar y cerrar las vértebras abiertas; la segunda opción se realiza en la semana número 26 del embarazo y es un procedimiento más bien complejo que implica la participación de un equipo de especialistas expertos de Mayo Clinic y se conoce como cirugía intrauterina de la espina bífida. En este procedimiento, los cirujanos exponen quirúrgicamente el útero de la madre embarazada y luego lo abren para reparar la médula espinal del bebé. (Sigue…)






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