Las convulsiones se refieren a un trastorno neurológico repentino y pasajero que puede presentarse a cualquier edad. En los niños pequeños frecuentemente están relacionadas con la fiebre. Para entender bien de qué se tratan, sigue leyendo. Aquí te damos información acerca de este tipo de convulsiones también conocidas como convulsiones febriles.
Alejandra tiene un hijo de 2 años y tuvo el mayor susto de su vida cuando lo vio perder el conocimiento y empezar a hacer movimientos espasmódicos. Alejandra se angustió de tal manera que lloraba y pensaba que su hijito se iba a morir. Sin embargo, cuando lo llevaron de emergencia al médico, ella le dijo que la convulsión de su hijito fue causada por una fiebre alta, conocida como “convulsión febril”. En efecto, el hijo de Alejandra había estado enfermito en cama con una infección en el oído, la cual le produjo un aumento de su temperatura corporal o fiebre, que desencadenó ese “corto circuito” en el cerebro de su hijo.
Las convulsiones febriles afectan a los niños pequeños, precisamente cuando presentan fiebre como consecuencia de alguna infección que no necesariamente es seria. Esta es la causa más común, pero puede suceder que la convulsión se presente como consecuencia de una infección más grave, como una infección cerebral o del sistema nervioso central (meningitis o encefalitis).
Cerca de un 3% de los niños menores de 15 años pueden llegar a tener una convulsión, la mitad de estas convulsiones puede ser causadas por una fiebre. Sólo uno de cada 100 episodios indica epilepsia o convulsiones recurrentes. Aunque puede ser alarmante, por lo general, este tipo de convulsión no representa un problema más grave o crónico. Frecuentemente sucede que el niño puede tener la convulsión incluso antes de que los padres se den cuenta de que tenía alguna infección. Y por eso puede ser más preocupante. Pero ¡no entres en pánico! El hablar con tu médico y el ofrecerle apoyo a tu hijito o hijita luego de este episodio es la mejor manera de enfrentar un evento de convulsión febril.
Existen dos tipos de convulsiones febriles en los niños:
- Convulsión febril simple: es la más común de todas. Dura entre unos cuántos segundos a 10 minutos y se detiene sin intervención. Luego de la convulsión vienen el llanto, la confusión y mucho sueño.
- Convulsión febril compleja: dura más de 15 minutos y ocurre más de una vez en un lapso de 24 horas. Por lo general se concentra en un lado del cuerpo del niño(a). Puede ser necesario que se apliquen medicamentos intravenosos para detenerla.
¿Qué se puede esperar durante un episodio de convulsiones febriles?
Un niño que sufre este tipo de convulsión puede presentar:
- Fiebre de más de 102 grados Fahrenheit o 38.9 grados Centígrados
- Problemas para respirar
- Pérdida de la conciencia
- Movimientos espasmódicos y temblores en todo el cuerpo, en especial en los brazos y en las piernas
- Ojos que se van para atrás
- Vómito
- Pérdida involuntaria de orina
- Quejidos o llanto
Alejandra, la madre del bebé que tuvo la convulsión, se pregunta por qué algunos niños desarrollan estas convulsiones y otros no. Como cualquier enfermedad, existen ciertos factores de riesgo que los hacen más propensos a padecerlas:
- La edad temprana: ocurren por lo general en niños de 6 meses a 5 años de edad. Es raro que sucedan antes de los 6 meses y después de los 3 años. Cuando suceden antes de los 6 meses — a los 28 días de haber nacido — se denominan convulsiones neonatales y se deben a diferentes causas que es necesario determinar en cada caso.
- Herencia familiar: si el bebé tiene hermanos y hermanas que han sufrido de convulsiones febriles, es mucho más probable que la padezcan.
- Niños que tienen un retraso en el desarrollo o han pasado más de 28 días en una incubadora o unidad de cuidados intensivos para bebés prematuros.
- Uno de cada 4 niños que sufren una convulsión febril puede presentar otra convulsión en el mismo año.
¿Qué debes hacer si tu hijo o hija sufre una convulsión?
- Cuando haya pasado el episodio, llama inmediatamente a tu médico para que lo evalúe. En la mayoría de los casos, este tipo de convulsiones dura sólo unos pocos minutos. Si llegara a durar más de cinco minutos o si tu hijo o hija presenta más de una convulsión, llama a la emergencia médica. Una vez bajo el cuidado del médico y si la convulsión no ha pasado, es posible que le inyecten un medicamento por vía intravenosa (en la vena) o se lo den por el recto para parar la convulsión.
- No le intentes bajar la fiebre para parar la convulsión. Así que no le des medicamentos ni lo pongas en agua fría. Déjalo acostado en la cama o en la alfombra, asegurándote de que no se caiga.
- No intentes ponerle nada en la boca, ni intentes interferir con sus movimientos. Si tu bebé tiene ropa apretada (ajustada), aflójala.
- Si estás calmado y te es posible, fíjate qué parte de su cuerpo empezó a temblar primero y mide cuánto tiempo duró la convulsión. Esto puede ser mucho pedir, ya que muchos padres se asustan y pierden la noción del tiempo, que a pesar de no ser demasiado largo, puede parecerte eterno. Sin embargo, esta información es muy útil para al médico.
Generalmente, luego de una convulsión, puedes ver que tu hijo o hija se despierta y juega como si nada, ya sea en el hospital o en tu casa. Tú puedes estar en “shock”, pero es mejor no demostrarle miedo, sino mantenerte en calma. Recuerda que lo mejor que puedes hacer es consultar tus dudas con tu médico y darle mucho amor a tu pequeño hijo o hija.
Publicación original: 2010
Ultima revisión: 2017
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