La obesidad infantil es un problema serio. Las cifras indican que cada vez más niños están pasados de peso, lo cual les traerá problemas de salud a corto y a largo plazo. ¿Qué se puede hacer para combatir este problema de salud pública? ¿Hay patrones en la alimentación que contribuyen a que aumenten de peso? En Vida y Salud te damos información útil al respecto.
En la cultura latina, que un niño fuera gordito fue considerado por mucho tiempo como sinónimo de saludable. Irremediablemente, las mamás y las abuelas juzgaban qué tan bien alimentado estaba un niño o una niña de acuerdo a su peso y más, era mejor. Pero esto es cosa del pasado y de los mitos. La realidad indica que el sobrepeso y la obesidad infantil, por cuenta de estas creencias y malos hábitos alimenticios, es un problema real y grave en casi todo el mundo.
Por ejemplo, según cifras sobre el tema proporcionadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) gracias a los resultados de encuestas realizadas en dos períodos, el aumento del peso en la población infantil de los EEUU ha sido dramático. La primera encuesta fue realizada entre 1976 y 1980 y la segunda, entre el 2003 y 2006. Los resultados no son alentadores: entre los niños de 2 y 5 años de edad la obesidad aumentó del 5% al 12.4%; el aumento entre los niños de los 6 a los 11 años fue del 6.5% al 17%, mientras que en los niños/adolescentes entre los 12 y los 19 años, el aumento fue del 5% a al 17.6%. En otros países, como México, las cifras son todavía peores.
¿Qué pasa cuando hay tantos niños obesos?
Pues que desarrollan enfermedades relacionadas con esta condición como problemas cardiovasculares, colesterol alto, diabetes tipo 2, depresión, tendencia a desarrollar otros desórdenes alimenticios como anorexia y bulimia, problemas con sus articulaciones, tendencia a desarrollarse más temprano, dificultades para hacer ejercicio y retraso en el desempeño escolar. Además, los niños y los adolescentes obesos probablemente se convertirán en adultos obesos. Un estudio encontró que cerca del 80% de los niños que sufrían de sobrepeso entre los 10 y los 15 años, sufren de obesidad para cuando llegan a los 25 años.
En respuesta a estas cifras que sólo aumentan, la entonces primera dama estadounidense Michelle Obama lanzó una campaña contra la obesidad infantil, que se llama “Let’s move!” – (Movámonos). La idea era que se cambiaran las costumbres de alimentación y sedentarismo para evitar problemas de salud que sin duda tienen un impacto en los costos de la salud.
¿Cuáles son los factores que inciden en la obesidad infantil?
Existen varios:
- La obesidad es el resultado de un desequilibrio entre las calorías que se consumen y la energía que se gasta.
- Sin embargo, existen otros factores que contribuyen al aumento de peso como la genética, los factores ambientales y los patrones de comportamiento.
- Ser hispano o latino es tener un mayor riesgo genético de sufrir de obesidad.
- El sedentarismo o falta de actividad física contribuye enormemente al aumento de peso. Los estudios demuestran que los niños y los adolescentes pasan demasiado tiempo viendo televisión, videos, DVD’s y películas.
- La escuela: los niños y los adolescentes pasan mucho tiempo en la escuela y es allí donde se alimentan la mayor parte del día. Aquí tanto los padres como los educadores tienen una responsabilidad compartida de promover los hábitos alimenticios sanos y la actividad física. Muchas escuelas están implementando cambios en sus programas nutricionales.
- Los padres: son los modelos a seguir. Las costumbres que se practican en casa en cuanto a la alimentación y el ejercicio son importantísimas a la hora de combatir la obesidad.
Hay otro factor que tal vez no se había tenido en cuenta antes: las famosas botanas, bocadillos o snacks. Tal vez te sucede que en casa haces todo lo posible por comer sanamente y motivas a tu hijo o hija para hacer ejercicio. Sin embargo, no baja de peso. Te preguntas desesperadamente por qué y encuentras que se debe a que literalmente, come botanas todo el día.
Unos investigadores de la Universidad de Carolina del Norte encontraron que los niños en Estados Unidos comen un promedio de tres snacks o botanas al día, además de las comidas regulares. Esta podría ser la explicación para que la obesidad infantil haya aumentado tanto. Según los científicos, más del 27% de las calorías diarias que consumen los niños provienen de estar picando aquí y allá entre las comidas principales. En México, una gran parte del problema es debido al consumo de refrescos (sodas). ¡Se estima que el 70% de los niños acompañan su desayuno con un refresco — que contiene entre 10 y 12 cucharadas cafeteras de azúcar!
El problema radica entonces en qué tipo de botanas están comiendo los niños. La respuesta: comida chatarra como productos muy salados, refrescos (bebidas gaseosas) y golosinas que encuentran en la casa y en las máquinas expendedoras que hay en las escuelas. ¿Cómo no caer en tentación? Por eso, es importante educar a los padres, a las escuelas y cambiar radicalmente la forma en que nos alimentamos todos. Los niños seguirán el ejemplo.
Si crees que tu hijo o tu hija está en sobrepeso, ve al médico. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy: cambia tus hábitos y tus costumbres para mejorar tu salud y la de tus hijos. Olvida la idea de que ser gordito es ser saludable.
¡A moverte!
Publicación original: 2010
Ultima revisión: 2017
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Imagen © iStock / Ratsanai
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