El TDAH (o trastorno de déficit de atención e hiperactividad) se asocia por lo general con los niños, pero también afecta a los adultos. Sin embargo, este trastorno no aparece de repente en la edad adulta. En muchos casos, nunca se diagnosticó durante la infancia y se detecta más adelante al tratar otras condiciones como depresión y/o ansiedad. En otros casos ( en alrededor de un 30 a un 70% de niños con TDAH), la condición persiste a lo largo de la vida. Como puede perjudicar al tratar de mantener un empleo, puede destruir las relaciones personales y puede conducir a hábitos destructivos, es importante reconocerlo para tratarlo de forma adecuada.
Si la falta de concentración, la distracción constante, la intranquilidad y el estar “en las nubes”, que son las características típicas del trastorno del déficit de atención e hiperactividad, ocasionan dificultades en los años escolares, imagínate lo difícil que resulta años más tarde mantener un empleo o una relación estable con los mismos atributos. Muchos adultos se enfrentan al fracaso y al rechazo social debido al TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad) sin ni siquiera sospechar que lo padecen y se frustran por que no pueden controlar un comportamiento que les ocasiona problemas: son incapaces de cumplir horarios, de completar proyectos, de recordar compromisos importantes, tienen cambios de humor y hasta comportamientos agresivos.
Claro que nada de esto sucede en un vacío ni surge de repente. Los adultos con TDAH ya tenían síntomas desde la infancia. En algunos casos, los padres y los maestros notaron estos comportamientos y/o pudieron identificar el trastorno. En otros, simplemente se achacó a la intranquilidad propia de los niños, a problemas de disciplina, aceptando la situación como parte inevitable de la manifestación de la personalidad individual. Hasta que andando el tiempo y buscando alivio a otras condiciones, como la ansiedad y la depresión, un profesional entrenado detecta el trastorno, lo diagnostica e indica un tratamiento.
El patrón del TDAH en los adultos
Mientras que en la infancia los niños son más propensos a sufrirlo que las niñas, en la etapa adulta la tendencia se equilibra en ambos sexos. Tanto ellas como ellos cuando padecen de TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad) pueden mostrar las siguientes características:
- Desorganización, inquietud e incapacidad de relajarse
- No pueden cumplir un horario, llegan tarde a eventos importantes
- Olvido frecuente de eventos, compromisos y responsabilidades
- Cambios de estado de ánimo y autoestima baja
- Dificultad para controlar sus emociones, especialmente la ira
No es de extrañar que les resulte extraordinariamente difícil mantener un empleo debido a la falta de organización y al incumplimiento e informalidad. De hecho, según una encuesta realizada en los Estados Unidos a nivel nacional, solamente la mitad de los adultos con TADH puede mantener un empleo fijo a tiempo completo en comparación con el 72% de los trabajadores que no lo tienen. Su vida personal también sufre: como se les olvidan los compromisos, los eventos familiares y hasta las tareas imprescindibles como pagar las cuentas, los problemas con su pareja y su familia son frecuentes, que se empeoran por su irritabilidad y la tendencia que tienen a patrones de conducta irregulares.
Fíjate bien, es importante que quede claro que hay personas que definitivamente son irresponsables en su trabajo, que no cumplen con sus obligaciones y que agreden y ofenden a otros con su comportamiento fuera de control. El TDAH no es ni excusa ni justificación para ese tipo de comportamiento. Los que lo padecen actúan así a pesar de sus buenos deseos e intenciones y no pueden evitarlo por problemas de un desbalance químico en ciertas áreas cerebrales. Mirando hacia atrás, es fácil identificar esos patrones desde que eran niños. Ya en la adolescencia y en la juventud, pueden incorporarse otros trastornos como la ansiedad y la depresión y son más propensos a comportamientos obsesivos compulsivos y a adquirir hábitos destructivos como el abuso de drogas y alcohol. Por suerte, todo eso puede solucionarse con el tratamiento adecuado.
El tratamiento del TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad) en los adultos incluye, al igual que con los niños, dos canales que idealmente deben utilizarse en conjunto para rendir mejores resultados: los medicamentos y la terapia.
Entre los medicamentos indicados se encuentran los estimulantes, como el metilfedinato (Ritalin, y Concerta entre otros) y las anfetaminas (Dexedrine, Adderal) que ayudan a concentrarse y a controlar el comportamiento. A pesar del nombre, los estimulantes no causan un aumento en la hiperactividad o en la impulsividad. En algunos casos se utiliza un medicamento no estimulante (tanto para los niños como para los adultos), la atomoxetina o el Strattera. Ocasionalmente se usan otros tipos de medicamentos como los antidepresivos.
La terapia es también fundamental para ayudar al paciente a superar las conductas negativas, para mejorar la autoestima y para controlar la ansiedad.
¿Has observado algún tipo de comportamiento irregular o negativo en un adulto de tu familia? ¿Quizás en ti misma(o)? Si es así, existe ayuda que puede representar no solamente un alivio para la persona sino un cambio total. Conversa con tu médico y solicita una evaluación lo antes posible para recuperar el orden y el control en tu vida.
Imagen © iStock / stevanovicigor
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