jueves, 16 de febrero de 2017

La angina de pecho: cómo afecta a tu corazón


Tu corazón bombea tan rítmica y pausadamente que la mayoría de las veces, ni cuenta te das de que sigue marchando sin parar. Pero para poder hacerlo, este órgano vital necesita un continuo suministro de sangre cargada de oxígeno.  Cuando la cantidad que recibe no es la indicada, el resultado puede ser dolor, presión o molestia en el pecho, lo que comúnmente se conoce como angina de pecho.

La angina de pecho no es una enfermedad en sí misma, representa un síntoma de la enfermedad de las arterias coronarias, la más común de las afecciones cardíacas en los adultos.  Cuando las arterias coronarias, que son las encargadas de suministrar sangre cargada de oxígeno al músculo cardíaco, se obstruyen (tapan) por la acumulación de placa (formada por grasa, colesterol, calcio y otras sustancias), el resultado es lo que se conoce como aterosclerosis. O sea, la ateroesclerosis es el engrosamiento y el endurecimiento de las arterias debido al depósito de placa en sus paredes. Esto puede causar estrechamiento y bloqueo.

La causa principal de la angina de pecho es la aterosclerosis. Cuando una persona que tiene una o varias arterias coronarias estrechas necesita realizar un esfuerzo físico intenso, o sencillamente se emociona o come en exceso, el corazón no puede recibir la sangre adicional que necesita en ese momento. Entonces ¿Qué sucede? La persona experimenta dolor, presión o molestia en el pecho, que suele durar menos de 5 minutos. Eso es angina de pecho.

Los casos de angina de pecho son bastante frecuentes. En los hombres, se producen por lo general después de los 30 años y en las mujeres, unos años más tarde.  No todos sienten los mismos síntomas.  Algunos describen los episodios de angina de pecho como presión, ardor, o un “apretón” en el centro del pecho.  Otros experimentan dolor en los brazos, hombros, cuello, mandíbula o la espalda.  Muchas veces, puede incluso confundirse con los síntomas de una indigestión.  Y no faltan quienes tengan náuseas, cansancio, falta de aire, sudoración, mareos y debilidad.

Si tú, un familiar o un amigo sufren con frecuencia este tipo de malestar en el pecho, es importante que vayan al médico. Si el doctor diagnostica que se trata de angina de pecho, determinará además, si se trata de una angina de pecho estable o inestable. Ambas significan que tienes riesgo de sufrir un ataque cardíaco (infarto de miocardio), pero la angina de pecho inestable es mucho más peligrosa.

La angina de pecho estable (o de esfuerzo), tiende a tener un patrón predecible y es la forma más común de la angina de pecho. La actividad física intensa es lo que tiende a desencadenarla principalmente, por ejemplo, subir escaleras o correr.  El dolor desaparece cuando la persona se detiene y descansa.  Pero la angina de pecho estable puede ocurrir por otras causas, como fumar, episodios de estrés, una emoción fuerte y repentina, un frío intenso o hasta comer en exceso.  El tratamiento de este tipo de angina de pecho incluye cambios en el estilo de vida, además de medicamentos, como nitratos (nitroglicerina), beta bloqueadores, medicamentos antagonistas del calcio y aspirina.

La angina inestable o de reposo, por su parte, es menos predecible y puede incluso ocurrir durante períodos de descanso o durante un esfuerzo muy pequeño .  Además, puede durar más, resultar más severa y puede ocurrir más a menudo que la angina de pecho estable. Su tratamiento es diferente y más urgente, ya que con este tipo de angina de pecho la persona tiene un riesgo muy alto de sufrir un ataque al corazón.

¿Quiénes tienen más riesgo de sufrir de angina de pecho?

A continuación, enumeramos algunos de los factores de riesgo:

Para evitar los episodios de angina de pecho es preciso modificar esos factores de riesgo, comenzando por mejorar el estilo de vida. La dieta y el ejercicio son fundamentales, así como reducir el peso (si tienes sobrepeso) y dejar de fumar.  Además, el doctor determinará, si requieres medicamentos y supervisará estrechamente las modificaciones a tu estilo de vida, así como tus niveles de presión arterial, glucosa (azúcar) en la sangre y el colesterol.

También es importante conocer y estar alerta a las señales de un ataque cardíaco. Te recordamos los síntomas típicos:

  • Molestia, dolor o presión  en el centro del pecho
  • Dolor que se extiende desde el pecho a los brazos, mandíbula, dientes, espalda, cuello o estómago
  • Sudoración, fatiga y/o mareo

Recuerda además, que las mujeres pueden sufrir un ataque cardíaco sin dolor en el pecho y tienden a experimentar síntomas que no son tan típicos, como dolor abdominal, vómitos o náuseas.

Si notas estos síntomas, especialmente si no desaparecen, es vital llamar al teléfono local de emergencias para que te trasladen a un hospital o a un centro médico de inmediato.

Con el corazón no se juega. Si notas dolor, presión o malestar por transitorios que sean, busca ayuda médica. Es importante que se determine si se trata de un problema del corazón. Si te diagnostican angina de pecho sigue al pie de la letra el tratamiento que te indique el médico para controlarla e idealmente, evitar un ataque cardíaco.

 

Imagen © iStock / janulla

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