sábado, 23 de diciembre de 2017

¿Ni gota de deseo? Lo que tú y tu pareja pueden hacer


El cansancio, el estrés, los niños, la rutina y hasta algunas enfermedades… todos esos factores se convierten en los enemigos del deseo sexual. Si tu pareja y tú están en un punto muerto, hay formas de recuperar tanto las energías como el interés. ¡No lo dejen para después!

La “eterna luna de miel” es sencillamente un mito y sería poco realista esperar vivir siempre un romance de telenovela, o una tórrida relación como las que vemos en las pantallas del cine.  Es normal que una pareja experimente altos y bajos en su deseo y su relación sexual, así que tu pareja no es la excepción.  Sin embargo, tampoco es normal y mucho menos  saludable quedarse en “cero”, sin ganas ni energías para el encuentro amoroso. Hay muchos factores que contribuyen a desinflar la libido, esa energía vital y natural que nos induce a buscar y a disfrutar el encuentro sexual.

¿Cuáles factores pueden afectar el deseo sexual?

Dedica unos minutos para analizar cuáles de los siguientes pueden estar afectando tu deseo sexual:

  • Estrés, ansiedad y angustia: las presiones del trabajo, el desempleo, el nivel de ingresos, las deudas, la inseguridad ante el futuro, el estado de salud propio o de un ser querido, entre otras causas, generan un nivel elevado de estrés que no conduce a un estado de ánimo propicio al encuentro sexual.
  • ¿Qué tal anda el resto de la relación? Los conflictos sin resolver, los resentimientos, peleas o discusiones por causa de los niños, los suegros, el dinero y cómo se gasta…todo eso se va acumulando como una pared entre ambos dificultando la comunicación efectiva y disminuyendo el deseo por la intimidad. El resultado: menos sexo y menos satisfacción en el encuentro de pareja.
  • Exceso de alcohol y uso de drogas: una copa puede hacernos perder inhibiciones y hasta ponernos alegres. Pero en exceso, el alcohol y las llamadas drogas recreativas puede ocasionar el efecto contrario: puede dificultar las erecciones y la respuesta sexual saludable.
  • ¿Están durmiendo bien? Cualquier cosa que esté afectándoles el sueño (las mismas razones que les causan estrés), en su entorno laboral o familiar, o problemas físicos como la apnea del sueño, los puede mantener agotados y puede robarles las energías, las mismas que necesitan para las relaciones sexuales.  Recuerda que la fatiga y el sexo son incompatibles.
  • Cambios en la familia: ¿Tienen parientes viviendo con ustedes? ¿Han regresado uno o varios hijos a la casa y han perdido su acostumbrada privacidad? O quizás se trate de un bebé que ha llegado a la familia y ahora duerme en la cama con ustedes. Ni los niños ni la familia tienen por qué afectar el sexo, a no ser que contribuyan a interrumpir la intimidad y la privacidad necesarias para el encuentro sexual.
  • ¿Toman algún medicamento?  Muchos pueden afectar la libido, entre ellos algunos de los antidepresivos, de los antihistamínicos y de los que controlan la presión arterial. También repercuten en el deseo sexual algunos de los tratamientos de quimioterapia y del SIDA.
  • Disfunción eréctil: la preocupación por “quedar bien” en el acto sexual puede generar estrés y ansiedad en el hombre lo que puede desencadenar un descenso del deseo sexual.
  • Menopausia: un desajuste de los niveles hormonales durante esta etapa también puede traducirse en menos interés y energías para hacer el amor.
  • Problemas de autoestima: el exceso de peso, la obesidad, el descuido personal contribuyen a que tengamos una imagen muy baja de nosotros mismos y puede causar mucha frialdad en la cama.
  • Depresión: cuando estamos deprimidos no tenemos deseo de nada, mucho menos para hacer el amor. Puede tratarse de una condición crónica o temporal, provocada lo mismo por un desequilibrio químico permanente que por un evento transitorio.

¿Ya descubriste algunos que te afectan a ti? El primer paso es identificar el problema. El segundo: tratar de resolverlo.

¿Qué pueden hacer para las parejas volver a sentir deseo sexual?

  • Busca ayuda para las condiciones de tipo clínico que no pueden superar por ustedes solos. Si el problema es una disfunción eréctil, haz una cita con tu médico de cabecera o con un urólogo para empezar el tratamiento cuanto antes. ¿Te está afectando tu menopausia? Tu ginecólogo(a) puede convertirse en tu aliado(a) para resolver tu relación.  Si la depresión o la ansiedad son el problema, el psiquiatra o el psicólogo es el profesional más apropiado para ayudarles.
  • Es muy importante que acudan cuanto antes a terapia familiar o de pareja para ir resolviendo los conflictos que afectan a la relación.  En cuanto estos mejoren, mejorará también la libido.
  • Si estás bajo tratamiento, tu médico y/o el especialista puede ayudarte a sustituir un medicamento que no tenga entre sus efectos secundarios la reducción de la libido. Consulta el problema con él o ella, pero no lo suspendas sin consultarlo(a).

La mayoría de las veces, no hace falta un tratamiento, sino armarse de paciencia  y estimular la creatividad dentro de las relaciones personales:

  1. Habla con tu pareja, abre las líneas de la comunicación y propónganse pequeñas metas: dedicarse más tiempo el uno al otro, o salir de viaje juntos (aunque sea corto), por ejemplo.  Esto les dará el primer impulso necesario para empezar a hacer pequeños cambios que aumenten la intimidad.
  2. Demuestren el amor y el afecto que sienten el uno al otro: si se sienten  queridos y apreciados, mejor funcionarán sexualmente.  Las atenciones y detalles durante el día serán el mejor preludio para el romance.
  3. Hablando de romance: ¡pónganse las pilas! Dejen a los niños con un adulto responsable y salgan los dos solos, aunque sea por poco tiempo. Traten de demostrarse el mismo interés que tenían durante el noviazgo. Escucha a tu pareja y demuestra interés en lo que le sucede día a día.
  4. Empleen la “terapia de choque”: un nuevo peinado, un nuevo lugar para hacer el amor… lo importante es salir de la rutina y recuperar la pasión.
  5. Traten de hablar más de sexo: comuníquense qué los satisface y que no y traten de complacerse el uno al otro. Exploren nuevas caricias y posiciones y sobre todo, dedíquenle más tiempo a la estimulación previa.
  6. Usen un lubricante para combatir la resequedad vaginal.  O quizás un masaje los ayude a relajarse antes del encuentro sexual.
  7. Den importancia a la dieta que llevan y hagan los cambios necesarios para ir perdiendo el exceso de peso.  Si además incorporan algún tipo de actividad física, tendrán más deseos y energías para hacer el amor.
  8. Por último: el sexo no sucede en un vacío. Planifica el encuentro con tu pareja, saca tiempo para ustedes dos en medio de las obligaciones diarias. No lo dejes para cuando se pueda o la llama se irá apagando.

Te recuerdo una vez más que es muy importante buscar ayuda profesional si la solución a tu falta de interés sexual se debe a algún problema médico o si tienes dudas, cuando antes la busques, mucho mejor. Una relación de pareja estimulante y satisfactoria es una parte muy importante de la vida. ¡Lucha por ella!

 

Ultima revisión: 2017

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Imagen © iStock / Wavebreakmedia

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