Con el paso de los años, a veces la vagina deja de servir como soporte para nuestro aparato reproductor femenino. Muchas mujeres van al médico preocupadas por los síntomas, pero salen aún más asustadas cuando les dicen que tienen prolapso vaginal y que necesitan cirugía. Hasta que se encuentran con una amiga que les dice “tranquila, a mí también me pasó, y a tu prima, y a la cuñada de Cata y la mamá de Olga”. Si es algo tan común, ¿por qué no dijeron nada antes?
Shhhhhh… como sucede con gran parte de los temas relacionados con la salud de la vagina, las mujeres en general creamos un manto de silencio alrededor y preferimos no hablar de ella. Y mucho menos cuando se trata de enfermedades o problemas de la vagina como el prolapso vaginal.
Por eso, a pesar de que el prolapso vaginal le sucede al 30% o 40% de las mujeres mayores de 40 o 50 años, no se habla abiertamente de eso. Hasta que alguna mujer ha sido diagnosticada y debe someterse a cirugía pronto; en ese momento, todas las demás empiezan a confesar: “no te preocupes, yo ya pasé por eso”.
¿Qué es el prolapso vaginal?
“Prolapso” significa caída. Cuando se habla del prolapso vaginal, quiere decir que los tejidos y los músculos de tu vagina se estiran y se debilitan, y no tienen la fuerza para soportar todos los órganos que se encuentran en el área de tu pelvis (como la matriz, la vejiga, la uretra, la misma vagina, el recto y el intestino delgado). Esto se llama “relajamiento o estiramiento del piso pélvico”. Y como consecuencia, los órganos se desacomodan y también empiezan a caerse en vez de permanecer en el lugar donde normalmente se encuentran.
Existen diferentes tipos de prolapso vaginal:
- Prolapso de la bóveda vaginal: La parte superior de la vagina se debilita y empieza a caer. Este problema es común en la mayoría de las mujeres a quienes les quitaron la matriz en algún momento de su vida (histerectomía).
- Prolapso del recto o Rectocele: cuando la pared posterior de la vagina se debilita, el recto la empuja y crea un abultamiento
- Prolapso de la vejiga o Cistocele: cuando la pared anterior de la vagina se debilita, permitiendo que la vejiga empiece a caer. Si la uretra también cae, esta condición se llama cistouretrocele.
- Hernia del intestino delgado o Enterocele: Cuando hay prolapso de la vagina después de una histerectomía, y las paredes dos paredes de la vagina se separan, los intestinos empiezan a empujar contra la vagina y forman una hernia.
- Prolapso del útero: Cuando los tejidos y ligamentos que mantienen al útero en su lugar se debilitan, éste empieza a caer dentro de la vagina y empieza a debilitar sus paredes también.
Causas del prolapso vaginal
¿Por qué sucede? Existen varias causas por las cuales los tejidos y los músculos de la vagina y la zona pélvica se empiezan a debilitar y permiten la caída de los órganos. Una de las causas más comunes es la histerectomía, pues deja el vacío del útero que debilita los tejidos de la vagina y permite la caída de otros órganos.
También es común que el prolapso vaginal suceda después de la menopausia, por la falta de los estrógenos. Estas hormonas ayudan a mantener con fuerza los tejidos y los músculos del piso pélvico para que puedan aguantar a un bebé. Pero después de la menopausia, el cuerpo femenino ya no puede esperar más bebés y los músculos de esa área se debilitan por la falta de estrógenos.
Además, el prolapso vaginal puede simplemente suceder como consecuencia del paso de los años y otras circunstancias como haber tenido muchos partos, la obesidad, actividades físicas muy fuertes, otras cirugías pélvicas, fumar, etc.
Si es una situación tan común, ¿por qué necesita cirugía? Porque con el tiempo los órganos van cayendo cada vez más y más dentro de la vagina, e impiden que los demás órganos funcionen como deberían. Y si no recibes tratamiento médico a tiempo, los órganos caídos, o la misma vagina, pueden empezar a salirse por el canal vaginal hacia fuera de tu cuerpo. Por eso es tan importante identificar el problema a tiempo.
Síntomas del prolapso vaginal
Estos son algunos de los síntomas más comunes que te permitirán identificar a tiempo cuando tienes este problema:
- Incomodidad y dolor en la vagina y el área de la pelvis, especialmente al estar de pie por mucho tiempo
- Una sensación de que algo “se quiere salir” por la vagina
- Problemas para orinar: la vejiga tiene mucha presión y no puede vaciarse por completo, entonces sientes que siempre tienes ganar de orinar y que debes ir al baño frecuentemente.
- Incontinencia urinaria: en algunos casos puede suceder al revés, que la orina se salga con cualquier esfuerzo o fuerza que la mujer haga, ya sea al estornudar, toser o al hacer ejercicio.
- Infecciones urinarias frecuentes
- Problemas para defecar (ir al baño a evacuar): cuando el recto está caído o hay algún otro órgano que lo está presionando.
- Incomodidad o dolor al tener relaciones sexuales.
Si sospechas que puedes tener un prolapso vaginal, es importante que veas a tu médico cuanto antes. Generalmente no es una situación muy peligrosa, siempre y cuando los órganos no se salgan por completo por la vagina con el tiempo. Por eso es necesario tratarlo o hacer una cirugía a tiempo, para evitar esta complicación.
Y no te avergüences de hablar de este problema. Tan pronto le cuentes a alguna amiga, familiar o colega de trabajo femenina, te darás cuenta que no eres la única mujer en el mundo que pasa por esta situación. Eso te dará más tranquilidad para superar este problema de la mejor manera.
Ultima revisión: 2017
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