jueves, 16 de julio de 2015

¿“Viagra” para las mujeres? Lo que debes saber sobre la píldora rosa

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¿La rutina se ha instalado en tu cama? Los compromisos y obligaciones, así como los problemas en las relaciones pueden causar que las mujeres sufran una baja en su deseo sexual. Si estás harta de poner de pretexto que te duele la cabeza para evitar que él se ponga cariñoso, tal vez te interese saber que es muy probable que en un futuro próximo se venda un medicamento que incrementará el “punch” en tu relación: se llama flibanserina.

Tras varios intentos y sin ser definitivo, la FDA está considerando aprobar una píldora que ayudará a las mujeres a aumentar su deseo sexual. Las pruebas del medicamento, cuyo químico activo es la flibanserina, no son concluyentes y podrían tener efectos secundarios, por lo que hay reservas para que se comercialice. Veamos de se trata este nuevo fármaco y algunos aspectos importantes que rodean las disfunciones sexuales femeninas.

La búsqueda del placer

Es cierto que los hombres y las mujeres interpretamos el deseo desde lugares distintos; ellos son más directos y nosotras consideramos más factores que el aspecto físico. Si tienes un poco más de cuarenta años, quizá te sientas decepcionada de que tu pareja te busca sexualmente y tú no estás motivada. No estás sola: siete por ciento de las mujeres estadounidenses están en esa misma situación (y esto no es exclusivo a los Estados Unidos, lo que sucede es que allí se realizó el estudio y por eso contamos con esta estadística).

Esta frustración aumenta cuando no hay factores médicos que se puedan determinar —como padecer diabetes o estar en tratamiento con antidepresivos—. Ese callejón sin salida nos lleva al rincón de los temas psicológicos o los problemas de pareja. Sin embargo, ¿qué tal que hay un problema fisiológico que ahuyenta el erotismo?

Ésa es la apuesta de Sproud Pharmaceuticals, la empresa que desde 2010 ha buscado la aprobación de su medicamento basado en la flibanserina como una opción para las mujeres que tienen una relación buena con su pareja, que no tienen diabetes ni están en tratamiento con medicamentos que reducen el deseo sexual. Este intento es el tercero y, por el entusiasmo que causó la votación, tal parece que para agosto ya estará en el mercado la medicina.

Pros y contras

De algo a nada… parece ser uno de los argumentos a favor. En los estudios de los efectos de la flibanserina no se han demostrado incrementos contundentes en la frecuencia de los encuentros sexuales: de tres al mes pasaron a cuatro al mes; en cambio, se detectaron efectos secundarios como reducción de la presión arterial, mareos y vómitos. ¿Un encuentro sexual (que representa el 33 por ciento de incidencia) basta para correr el riesgo? La moneda sigue en el aire.

Además, los efectos secundarios son más susceptibles cuando se mezcla tomar la pastilla (una antes de dormir) con alcohol, píldoras anticonceptivas y medicamentos contra infecciones, por ejemplo.

Controversia: ¿lucha por la igualdad de género?

Uno de los debates que surgieron para presionar la aprobación del comité, fue la posible discriminación del placer femenino frente al masculino con medicamentos como Viagra. Sin embargo, no hay que perder de vista que la disfunción eréctil tiene fundamentos fisiológicos más contundentes, ya que la disminución del deseo sexual también suele ocurrirle a los hombres con relaciones con mayor estabilidad. Es decir, la píldora rosa no es “el homólogo” (lo mismo) de la píldora azul, no hay que confundirse.

Encender la llama del deseo

La neurociencia indica que la dopamina, el neurotransmisor que se relaciona con la percepción del placer, es la pieza principal para sentirnos recompensados ante necesidades físicas concretas como comer. Cuando sentimos placer liberamos dopamina. Del equilibrio de este neurotransmisor depende que no nos hagamos adictos a las apuestas, las drogas o que no nos volvamos comedores compulsivos. De su déficit depende que le perdamos interés a lo que quizá en otro momento nos parecía fantástico.

Adivinaste: la píldora rosa apuesta por aumentar la dopamina en el Sistema Nervioso Central, lo que provocará que el placer sexual regrese a una de las prioridades de las mujeres que han perdido el deseo. Claro que pueden intervenir otros factores y hay, de hecho, diferentes disfunciones sexuales.

El ventarrón que la apaga

Es necesario tomar en cuenta que algunos medicamentos como los antidepresivos que suprimen el deseo sexual, este puede ser un efecto secundario y no les sucede a todas las personas. Por otro lado, la diabetes suele ser una gran desventaja para los hombres y las mujeres en el desempeño de su vida sexual, por ello es necesario que si la padeces, consultes con tu médico en relación a las estrategias y los cuidados que debes tener. Otros padecimientos que desmotivan los encuentros sexuales son la insuficiencia cardiaca, los trastornos hormonales y los nerviosos.

Cuando falla el erotismo

De acuerdo con el sexólogo David Barrios Martínez “clínicamente las disfunciones eróticas son síndromes persistentes que alteran negativamente el deseo, la excitación y el orgasmo”. A continuación mencionamos algunas de las anomalías que pueden presentarse por diferentes razones, entre las psicológicas están: la depresión, el estrés y la ansiedad.

En general, se recomienda que antes de tomar cualquier decisión sobre tu vida sexual, que descartes un problema médico que se pueda tratar. Si hay un componente psicológico, él o ella te podrá recomendar a un profesional calificado. Es fundamental que sea un especialista que te inspire confianza para que le cuentes lo que sientes, cuáles han sido tus fantasías y, de ser posible, lo que relacionas con cualquiera de los síntomas que están poniendo en riesgo tu relación.

Entre las disfunciones sexuales se encuentran:

  • Deseo hipoactivo: disminución en la intensidad
  • Inhibición: ausencia total de deseo
  • Aversión: franca repulsión a las relaciones sexuales
  • Disrritmia sexual: disparidad en la intensidad o en la frecuencia del surgimiento del deseo en cada miembro de la pareja
  • Hipolubricación vaginal: disminución o virtual ausencia de lubricación en las paredes vaginales
  • Preorgasmia: prolongación sostenida de la etapa de excitación, sin conseguir el orgasmo.
  • Anorgasmia: ausencia de orgasmo.
  • Dispareunia: dolor causado por el encuentro sexual, ya sea antes, durante o después de la penetración
  • Vaginismo: contracción involuntaria de los músculos externos de la vagina que dificulta o impide la penetración

Si tienes dificultad en tu relación sexual, no dudes más y ve con un especialista. Te mereces una vida sexual plena (siempre con sexo seguro, de acuerdo a tu situación para proteger tu salud). Muchas veces pasan años antes de que se diagnostiquen los problemas sexuales por falta de información. Puedes empezar con tu ginecólogo(a) por ejemplo. Lo importante es dar el primer paso.

 

Imagen © iStock / elenaleonova



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