El hierro es un mineral esencial en el cuerpo humano ya que se encuentra en la hemoglobina de los glóbulos rojos que se encargan de transportar el oxígeno y el dióxido de carbono. Su deficiencia causa anemia. Pero en exceso es dañino. Entérate en dónde lo encuentras, para qué se recomienda y mucho más.
Como muchas cosas buenas en la vida, el hierro se obtiene a través de la comida. Hay fuentes de primera: frijoles, huevos (sobre todo las yemas), cereales (y hay cereales fortificados, además), hígado, carne magra, ostiones, pollo, carne oscura, salmón y atún. Hay algunos alimentos de donde al cuerpo le cuesta más trabajo obtener el hierro —aunque sí lo obtiene— como algunas frutas secas (pasas, chabacanos), legumbres (soya, arvejas o chícharos), algunas semillas (almendras), vegetales (vegetales de hoja verde, brócoli, espinaca, espárragos, entre muchos otros), y algunos granos integrales (trigo, avena y arroz integral). El hierro se encuentra en los alimentos en dos formas: hierro heme y hierro no heme. El cuerpo absorbe mejor el hierro heme, que se encuentra en los productos de origen animal. A veces, esto puede ser un problema para los vegetarianos. En estos casos, los suplementos de hierro, podrían estar indicados (desde luego, si te lo indica tu médico).
Existen suplementos que se utilizan para tratar estas deficiencias y un tipo de anemia —la más común— la anemia causada por deficiencia de hierro en el cuerpo. Hay varias razones por las que las cantidades de este mineral en el cuerpo se pueden ver comprometidas: si pierdes más glóbulos rojos de los que tu cuerpo puede producir (por sangrado); si tu cuerpo no es bueno produciéndolos; si tu cuerpo es bueno para producirlos, pero tú no consumes los nutrientes que necesita para producirlos, o si tu cuerpo necesita más hierro de lo normal (como durante el embarazo o la lactancia). Desde luego, existen otros tipos de anemia debidos a la destrucción de los glóbulos rojos.
Deficiencia de hierro
Las deficiencias de hierro suelen pasar desapercibidas durante mucho tiempo ya que pueden no dar síntomas.
Cuando el cuerpo no obtiene las cantidades necesarias comienza a tomar prestado de algunos órganos que lo almacenan (el hígado, el bazo, etcétera), pero cuando estas fuentes se agotan, pueden comenzar los problemas.
Los síntomas más comunes de la anemia incluyen: fatiga, dificultad para concentrarte, malestares estomacales, dificultad con la memoria y, en los bebés y en los niños pequeños, puede llegar a causar dificultad con el aprendizaje. Nada bueno. Las personas más propensas a padecer deficiencias de hierro son las mujeres (durante el embarazo o el periodo menstrual, sobre todo si éste es muy largo), aquellos con trastornos intestinales (pues la absorción de nutrientes se dificulta) o con sangrados intestinales (como las úlceras), quienes donan mucha sangre, los corredores de distancias largas y las personas con problemas serios de salud, como algunos tipos de cáncer. También los bebés y los niños menores de dos años, así como los adultos mayores, tienen mayores posibilidades de padecer una deficiencia de hierro.
En el caso de los bebés, es importante que su alimentación sea la adecuada desde el primer día. En el caso de un recién nacido sano, su reserva de hierro es de alrededor de seis meses y con la leche materna se debe satisfacer el resto de sus necesidades minerales. En caso de que tu bebé (si lo tienes, claro) no se alimente con leche materna, es necesario que tome suplementos de hierro o fórmula fortificada con hierro.
También los adolescentes son susceptibles a la anemia por falta de hierro debido que crecen rápidamente y a que, en muchas ocasiones, tienen una mala alimentación.
¿Qué dice la ciencia?
La evidencia científica apoya el uso del hierro para el tratamiento de la anemia por deficiencia de hierro que se diagnostica con un análisis de sangre. Si no hay respuesta al tratamiento del hierro por vía oral (tomado), se puede dar el hierro intravenoso (en la vena). Un ejemplo sería una mujer que tiene periodos menstruales muy abundantes.
Los estudios también apoyan la administración de hierro junto con una medicina llamada eritropoyetina (que se vende con diferentes nombres comerciales) para el tratamiento de la anemia asociada con enfermedades crónicas (como cáncer- en un paciente que esté recibiendo quimioterapia- o que tienen falla renal, por ejemplo).
Los estudios sugieren que podría ayudar en la prevención de la anemia por deficiencia de hierro durante el embarazo y en las mujeres que tienen ciclos menstruales; que podría ayudar a los niños que tienen problemas con el aprendizaje o la memoria y para prevenir la tos en las personas que la desarrollan como un efecto secundario de los medicamentos del grupo de los inhibidores del ACE para bajar su presión arterial. En estos casos los resultados de los estudios son mixtos y se requieren más investigaciones.
En cuanto al uso del hierro para el tratamiento de la anemia antes de la diálisis, para prevenir la anemia en los bebés con bajo peso al nacimiento, para mejorar los síntomas en los niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), después de una cirugía ortopédica, en casos de cansancio, de depresión, para mejorar el desempeño físico, la evidencia científica en este momento no es suficiente y se requieren más estudios.
Precauciones e interacciones
El hierro puede causar efectos secundarios en el aparato digestivo, el más común es estreñimiento, pero también puede causar náusea, vómito, diarrea y las heces pueden oscurecerse. El hierro líquido también puede obscurecer los dientes.
Por otro lado, el exceso de hierro puede ser peligroso. Esta condición tiene dos fuentes: 1) la hemocromatosis primaria, que viene de la familia (es hereditaria). Ni modo y 2) la secundaria, que es producida por trastornos sanguíneos (como la anemia o la talasemia), el alcoholismo o las transfusiones sanguíneas recurrentes, entre otros padecimientos. Para tratarla basta con llevar una dieta baja en hierro, no tomar suplementos vitamínicos que lo contengan, no beber alcohol, etcétera. En casos más serios, existe un tratamiento que consiste en sacar medio litro de sangre del cuerpo cada semana hasta que los niveles de hierro se normalicen. Por favor, ¡no lo intentes en casa! Pero hay quien se puede causar la acumulación excesiva de hierro en la sangre (hemosiderosis) por tomar exceso de suplementos de hierro.
El hierro puede interactuar con algunas medicinas, podría disminuir la absorción de medicamentos para la osteoporosis (como el Fosamax y el Actonel, entre otros) y la tetraciclina, mientras que hay medicamentos que pueden aumentar la absorción del hierro, como el alopurinol. Por su parte, los antiácidos y la colestiramina pueden reducir la absorción del hierro, por lo que hay que tomarlos por lo menos con cuatro horas y dos horas de diferencia respectivamente. Estos son sólo algunos ejemplos. También interactúa con algunas hierbas, con otros minerales y vitaminas. Tomar hierro con café o productos lácteos también disminuye su absorción. Es importante que siempre le preguntes a tu médico.
El hierro debe obtenerse, principalmente, a través de los nutrientes en la comida, a menos que te lo indique tu médico y lo supervise periódicamente.
Recuerda que antes de comenzar a tomar cualquier suplemento lo ideal es que consultes a tu médico y, si tomas cualquier suplemento, vitamina y/o hierba, aunque se venda sin receta, es importante que se lo dejes saber ya que todos pueden tener efectos secundarios e interacciones.
Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2011.
Imagen © iStock / robynmac
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