Si tienes o has tenido algún problema en el corazón, ya sabes que reducir el estrés es fundamental para mantenerlo sano y seguro. Pero, ¿cómo evitar las presiones de la vida diaria y hasta la preocupación por tu condición? Es un círculo vicioso comprensible, pero negativo, y por eso te ofrecemos algunas claves para que el estrés no afecte la salud de tu corazón.
El estrés es una condición característica de nuestras sociedades modernas y que puede afectar a la salud de diferentes maneras. Por ejemplo, se sabe que disminuye las defensas del cuerpo y que aumenta las posibilidades de desarrollar diabetes, problemas digestivos y cardíacos. Por eso, si tienes o has tenido problemas del corazón, como insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular, hipertensión o colesterol alto, entonces es posible que te preocupe no estar estresado, algo que de por sí puede estresarte aún más.
¿Qué puedes hacer para romper ese círculo vicioso? Lo primero es reconocer que siempre puede haber una situación estresante, que hay cosas que no podrás evitar pero sí puedes aprender a distinguir qué es lo que te pone los nervios de punta y tratar de eliminarlo de tu vida y, en caso de que se presente, estar preparado de la mejor manera para enfrentarte a esas situaciones que tanto te estresan para manejarlas mejor.
¿Cómo puedes hacerlo? Existen muchas formas de reducir la tensión del cuerpo y de la mente. Hay quienes deciden asistir a clases de yoga, otros prefieren ir a nadar y algunos simplemente quieren pasar todo el domingo en la cama escuchando música sin pensar en nada. Tú mismo debes encontrar cuál es la fórmula que funciona mejor para ti. Por eso, aquí te damos algunas opciones que te ayudarán a armar una estrategia para disminuir las preocupaciones de la vida diaria:
1. Haz ejercicio. Es bueno para el corazón y el estrés. Ayuda a mantener una buena condición física, libera la energía acumulada y la tensión de los músculos, reduce la producción de las hormonas del estrés y aumenta la producción de endorfinas que generan sensación de bienestar. Se recomiendan al menos 30 minutos por día, cinco veces por semana, de una actividad de moderada a intensa. Desde el correr o montar bicicleta, hasta el hacer una pequeña caminata por el parque te pueden ayudar. Por supuesto, si tienes una condición cardíaca en particular, es importante que antes de empezar o modificar tu rutina de ejercicios lo consultes con tu médico, para que pueda indicarte si hay algo que debes evitar.
2. Técnicas de relajación y meditación: yoga, Tai Chí, bioretroalimentación, estiramiento y ejercicios de respiración también son buenas opciones. Al relajarte liberas la tensión de los músculos, tu corazón deja de latir tan rápido, respiras más tranquilo y descansas la mente.
3. Masajes. Los hay de varios tipos, ya sean terapéuticos o relajantes, todos ayudan a disminuir la tensión y el dolor de los músculos, reduciendo el estrés y la ansiedad.
4. Dormir y descansar. Son claves para mantenerte sano y fuerte y, del mismo modo, para que el estado de ánimo se mantenga siempre en alto. La falta de sueño, en cambio, aumenta los niveles de la hormona del estrés.
5. Vida social. Mantente en contacto con tus familiares y amigos, comienza una actividad nueva y ayuda a los demás. Todas esas cosas pueden distraer tu atención de los problemas y te ayudarán a sentirte mejor contigo mismo.
6. Evita tensiones. Aprende a distinguir qué o quienes aumentan tu estrés y trata de evitar esas situaciones (o a esas personas).
7. Psicoterapia. Cuando no puedes manejar el estrés y/o te sientes agobiado(a), quizá necesitas un consejo o asesoría de un profesional calificado(a) que te ayude a identificar las causas y los efectos de tu estrés, y la forma más adecuada de manejarlo.
Y junto a cualquier estrategia que elijas, no dejes de reírte. La risa es mucho más que mover los músculos de la cara y del cuerpo, también libera endorfinas, que son responsables de la sensación de bienestar y felicidad, y provoca efectos positivos en tu organismo, como estimular el corazón, los pulmones, la circulación y la relajación muscular, mejorar el funcionamiento del sistema de defensas y aumentar la sensación de satisfacción personal.
Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2013.
Imagen © iStock / PeopleImages
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