Alrededor de 200 mil mujeres mueren en el mundo cada año a causa de dos tipos de cáncer que son difíciles detectar en forma temprana: el de endometrio y el de ovario. Un grupo de investigadores ha desarrollado un método de análisis que, usando la misma prueba del Papanicolau, permitiría detectar también estas dos enfermedades. Aquí te contamos más detalles de este esperanzador hallazgo.
La citología vaginal, también llamada prueba del Papanicolau o -simplemente- Pap, es un examen ginecológico que todas las mujeres deben hacerse regularmente para descartar o detectar el cáncer del cuello del útero (o sea, del cáncer del cuello de la matriz o cáncer del cérvix). Forma parte de la revisión ginecológica: el ginecólogo introduce un instrumento llamado “espéculo” dentro de la vagina, que le permite ver el cuello del útero o cérvix. Luego hace un “raspado” para tomar una pequeña muestra de las células que se encuentran en él y la envía a un laboratorio para que la analicen bajo el microscopio.
Un grupo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, en Estados Unidos, en colaboración con investigadores del Instituto del Cáncer de São Paulo, en Brasil, han detectado que el Pap también podría ayudar a detectar el cáncer de ovario y el cáncer de endometrio.
Para llegar a estos hallazgos, que fueron publicados en la revista Science Traslational Medicine, los investigadores hicieron una búsqueda exhaustiva de las mutaciones genéticas principales que causan estas dos enfermedades y, luego de determinar las alteraciones más importantes en un total de 12 genes, diseñaron un método nuevo de análisis genético, al que denominaron PapGene, capaz de analizar las muestras de las células obtenidas mediante la prueba citológica.
Así lograron detectar células del cáncer del ovario y del cáncer de endometrio que se ‘escaparon’ hacia el exterior, en el cuello del útero. Específicamente, en las 46 muestras de las pacientes que analizaron, lograron detectar todos los casos de cáncer de endometrio (la capa de tejido que recubre el interior del útero).
En el caso de los tumores del ovario, en cambio, la efectividad fue menor, fue de sólo el 41%. Los científicos explicaron que esto se debe a una cuestión anatómica, ya que la distancia que hay entre el ovario y el cuello del útero hace que las células tarden más en llegar o, incluso, que nunca lleguen.
Por eso, los especialistas advierten que hay que ser cautelosos con estos resultados. Todavía es necesario contar con nuevas investigaciones y más datos para que el denominado PapGene se convierta en una prueba efectiva para detectar estos tipos de cáncer de manera temprana.
Ten en cuenta que, en la actualidad, no existe ninguna prueba capaz de encontrar precozmente ni el cáncer de endometrio ni el cáncer de ovario, dos enfermedades que cada año terminan con la vida de alrededor de 200 mil mujeres en todo el mundo.
En el cáncer de endometrio, cuando las mujeres menopáusicas tienen sangrados irregulares, estos pueden ser una señal de alerta que permiten detectar el cáncer del endometrio cuando todavía es curable. El cáncer del ovario, en cambio, es silencioso, no da síntomas hasta que ha progresado.
Por eso es tan importante contar con algún método de detección temprano para estas enfermedades. En este sentido, los hallazgos de estos investigadores abren una puerta de esperanza hacia el futuro. Mientras tanto, recuerda que aunque no es una garantía, llevar un estilo de vida saludable te podría ayudar a prevenir el desarrollo del cáncer.
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