viernes, 8 de julio de 2016

La diabetes y el estrés: una mala combinación

Her head is filled with worries

Por sí solo el estrés, aunque común, es desagradable. Y en combinación con ciertas condiciones, puede resultar incluso peligroso. Se ha comprobado que si padeces de diabetes, tu habilidad para manejar el estrés de la vida diaria tiene un papel importante en el control de la enfermedad. No permitas que el estrés te domine y empeore tu condición.

Según la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association), el estrés es una reacción física y mental cuando se percibe un peligro. Cuando el cuerpo siente que hay una amenaza real o imaginaria, se prepara para enfrentarla aumentando algunas de sus funciones y disminuyendo otras. En cualquier caso, si esas alteraciones duran mucho, pueden ser dañinas para la salud.

El estrés es  perjudicial para la salud en general, porque incita emociones negativas, afecta el proceso de analizar las cosas y tomar decisiones, alienta las conductas impulsivas y promueve hábitos nocivos, como alimentarse mal, fumar o beber. La mente, además, se recarga con preocupaciones, ansiedad o temor. Si se prolonga por mucho tiempo o se hace crónico, el estrés tiene un impacto negativo en los sistemas inmunológico, digestivo, renal y reproductivo, y aumenta el riesgo de depresión.

En relación con la diabetes, de acuerdo al Dr. Richard Hellman, presidente pasado de la American Association of Clinical Endocrinologists, es un mito que el nivel de azúcar alto se deba siempre a la alimentación. También existen otros factores que contribuyen a que se eleve, y el estrés es uno de ellos.

Por eso, si además de estrés tienes diabetes, las cosas se complican. El estrés se convierte en una barrera para el control efectivo de la glucosa, y por es un riesgo para la salud en general. Cuando se sufre de estrés, el cuerpo trabaja tiempo extra para ayudarte a manejar la situación. Para lograr eso, tiende a liberar ciertas hormonas, que te dan energía y te ayudan con a mantenerte concentrado.

Pero tu cuerpo también libera glucosa, que proviene de la que tiene almacenada. Esto eleva el nivel de azúcar en la sangre, y es posible que necesites más insulina u otro tipo de medicamento para controlarla. Por otro lado, tal vez, requieras menos insulina si cambias tu conducta ya que tu nivel de azúcar bajará.

Por otra parte, la repuesta de tu organismo al estrés aumenta el problema, porque quizá tiendas a saltarte comidas o a comer lo que no debes, a olvidarte de hacer ejercicio y hasta de medirte periódicamente el nivel de azúcar en la sangre. Como consecuencia, tu azúcar en la sangre puede subir o bajar demasiado sin que te des cuenta.

La sicóloga Susan Guzmán, de Behavioral Diabetes Institute, de San Diego, California, sugiere que la mejor manera de romper el ciclo es volver a la rutina habitual del cuidado de la diabetes, aunque sea en forma de pequeños pasos, tal vez una caminata de 15 minutos a la mitad del  día, tomar un momento para chequear el nivel de azúcar y buscar el tiempo para planear comidas saludables.

Por suerte, hay maneras de controlar el estrés

Es cierto que no siempre está en tus manos controlar totalmente el estrés. Pero para evitar que el estrés físico y mental eleve tu nivel de azúcar, lo primero es que aprendas cómo controlarlo en lo posible. Por ejemplo:

  • Trata, si puedes, de alejarte de la situación que te causa el estrés.
  • Practica yoga, meditación o respiración profunda, actividades que te relajan.
  • Prueba con la técnica de relajación, en la que se tensan y se relajan en secuencia los grupos de músculos grandes del cuerpo.
  • Comparte tus preocupaciones con familiares y amigos de confianza. El apoyo de tus seres queridos te podría ayudar a aliviar el estrés.
  • Busca la ayuda de un terapeuta calificado si el problema te agobia demasiado.
  • Mantén tus rutinas de ejercicios y de comida. El ejercicio por sí solo baja el nivel de azúcar en la sangre, por lo que no es bueno dejar de hacerlo en los momentos de estrés.
  • Elimina o reduce, en lo posible, la cafeína y cualquier otro estimulante.
  • Realiza algún pasatiempo (hobby) que te relaje. Dibuja, teje, aprende cerámica, trabaja en el jardín…

De todos modos ten, en cuenta que el estrés es compañero de la vertiginosa vida moderna, y que resulta casi imposible vivir en completa tranquilidad. Aprende a aceptar las cosas que no puedes cambiar, y busca tiempo para hacer cosas que realmente disfrutes y para consentirte. Todo eso te ayudará a combatir el estrés y a relajarte, y tendrá un efecto beneficioso no sólo en relación a la diabetes, sino para todo el organismo.

 

Imagen © iStock / PeopleImages



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