Enfrentar un diagnóstico de cáncer es una prueba difícil, tanto para la persona enferma como para la familia. Y lo que viene con el tratamiento es una prueba aún mayor, pues el paciente necesitará mucho apoyo. Si en tu familia alguien está sufriendo de cáncer, te servirán estos consejos para que lo puedan ayudar y apoyar de la mejor manera posible.
El apoyo familiar es importante para que la persona con cáncer pueda salir adelante durante un tratamiento en el que se agotan las fuerzas físicas y emocionales de muchos pacientes. Es tan importante que varios estudios han demostrado que los pacientes que cuentan con un fuerte apoyo familiar tienden a manejar mejor su enfermedad y el tratamiento, que aquellos que pasan por este momento en soledad. ¿Por qué?
En principio, el apoyo físico es importante para que la persona enferma pueda guardar fuerzas para su tratamiento, sin tener que estar pendiente de las tareas de la vida diaria como conducir hasta el hospital, preparar comida, encargarse de la casa, cuidar a los hijos, pagar las cuentas… no hay cuerpo que resista tanto, y por eso la ayuda de otros es vital.
Y además, porque también es importante recibir el apoyo emocional. Enfrentarse a una enfermedad como el cáncer trae mucho estrés, angustia, miedo, depresión… y en esos momentos es fundamental poder contar con el cariño y el abrazo de los seres queridos.
Pero brindar ese apoyo familiar tampoco es una tarea fácil. Es importante saber organizarse y cuidarse para que la familia no termine también agotada y debilitada por esta situación. Espero que estos consejos les ayuden…
Infórmense y prepárense. Ya sea debido a la enfermedad o al tratamiento, la persona enferma tendrá muchos cambios físicos – como pérdida de peso, pérdida del pelo o náuseas – y cambios de ánimo – como mal humor, intolerancia, depresión o pesimismo – que pueden asustar o afectar a la familia también. No dejen que los sorprendan esas situaciones. Al estar informados previamente sobre los posibles síntomas o efectos secundarios, estarán mejor preparados para saber qué hacer cuando se presenten, o por lo menos aceptarlos mejor.
El paciente tiene la última palabra. Cuando un ser querido está enfermo, todos quisieran opinar sobre el tratamiento. Pero muchas veces pueden exponerlo a tratamientos agresivos que su cuerpo o su ánimo ya no resisten. Por eso es importante que no olviden que el paciente es el único que puede saber lo que su cuerpo siente, y es importante respetar sus decisiones, aunque no sean las que los demás quieren.
Trabajo en equipo. El tratamiento del cáncer puede ser lento y desgastante para todos. Por eso es importante que las responsabilidades no recaigan sólo en una persona, ya que ella o él se van a agotar rápidamente. Y, finalmente, eso podrá afectar el ánimo del paciente pues posiblemente lo que él o ella menos quiere es afectarlos a ustedes con su enfermedad. Lo mejor es distribuir las tareas entre varios miembros, así nadie se agota y siempre estarán disponibles para darle una voz de ánimo al paciente que en este momento la necesita más que nunca.
Acepten ayuda externa. Aunque no siempre sucede, muchas veces los vecinos o amigos quisieran ayudar pero no saben cómo o no se atreven. Si ellos lo proponen, acéptenla. Una ayuda ocasional cuidando la casa durante una estadía en el hospital o recogiendo a los niños de la escuela, es un alivio para la gran responsabilidad que carga la familia directa del paciente con cáncer sobre sus hombros en estos momentos.
Cuídense a sí mismos. Cuando ustedes están exhaustos o ven el panorama negativo, no pueden ser un buen apoyo para el paciente. Por eso, asegúrense de dormir suficiente, comer bien y tener tiempo para encargarse de sus asuntos personales. El aprender técnicas de relajación y hacer ejercicio también puede ayudarles a estar tranquilos y a tener una actitud positiva. Y si sienten que la situación les está afectando emocionalmente, busquen ayuda con un amigo o un grupo de apoyo donde puedan desahogar sus propias emociones, las cuales también podrían estar bastante afectadas.
A pesar de ser una prueba dolorosa de la vida, una enfermedad como el cáncer y su tratamiento puede convertirse en una situación muy enriquecedora pues puede fortalecer a la unión familiar, motivar las demostraciones de afecto que muchas veces olvidamos, o generar una reflexión personal sobre lo que es realmente importante en la vida.
Tómelo como un aprendizaje y una oportunidad de demostrarle todo su amor y su apoyo a un ser querido que está pasando por una situación difícil.
Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2009.
Imagen © iStock / Steve Debenport
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