viernes, 8 de mayo de 2015

Recetas para la vida – Las expectativas: ¿ilusión o tormento?

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Por Becky Krinsky

Considerar a las expectativas como algo normal, y lógico que sucedan, puede ser un grave error. ¡Cuidado!

Esperar que pase lo que uno desea puede ser una buena ilusión, la cual motiva y promueve buenas acciones, siempre y cuando esta esperanza se encuentre fincada en la realidad y se tenga conciente que también hay una posibilidad de que las cosas pueden no suceder como uno quisiera o le gustaría.

Cuando suceden las cosas como uno esperaba, ¡fabuloso! Todos felices y satisfechos. Pero cuando las cosas no se cumplen según uno esperaba, entonces… uno se siente engañado, decepcionado, e inevitablemente sufre un desencanto y hasta se llega a sentir algo traicionado.

Que contradicción es esta cuestión de las expectativas. Por un lado, si esperas mucho, hay una posibilidad grande de vivir en un continuo sufrir, cargado de decepciones. Sin querer, la persona que espera pareciera que está exigiendo lo que ella cree que debería de suceder. Pero las cosas, por lo que más de lo que uno quiera, no son generalmente exactamente lo que se esperaba. La actitud del que espera impide ver las cosas como realmente suceden — sus perspectivas impiden ver la realidad.

En cambio, si no esperas nada, posiblemente tampoco pierdes nada. Por lo que, como muchos creen, no sufres tampoco. Sin embargo, podrías convertirte en una persona con actitudes pesimistas. Claro que existe la posibilidad que en algunos casos se va a obtener más de lo que esperaba, pero también puede llegar el punto de no buscar nada y no hacer nada para mejorar o encontrar lo que se busca. Este asunto es complicado.

David escribió un libro. Feliz y muy satisfecho de su logro, le pidió su opinión y ayuda para poder publicar su libro a un familiar. El pariente es un autor internacionalmente reconocido, que tiene varios libros famosos vendidos en todas partes del mundo.

Cuando David llego a la cita, el Autor le presento a varios de sus amigos y le dijo que ellos serían los que le iban a ayudar, ya que a él, el tema no le interesaba tanto y por el momento no se podía involucrar más. David, decepcionado, no puso mucha atención a los comentarios de esas personas, ni siquiera se interesó en sus nombres, o en sus opiniones.

Él lo que esperaba es que su tío le diera su opinión y sus consejos. Indudablemente su punto de vista hubiera sido más que valioso, pero que se puede hacer si el señor no pudo o no la quiso dar en esta ocasión. Posiblemente la decepción y las expectativas fueron tan grandes que David no pudo ver que el tío hizo por él lo mejor que él podía al presentarle gente que sí lo podría ayudar. Su enojo no le permitió aprovechar la oportunidad que se le presentó y no pudo escuchar a la gente que estuvo allí y si lo hubiese podido ayudar.

David dejo el libro abandonado en un cajón, todo porque lo que él esperaba no salió como él quería: dudó de su capacidad y creatividad y se enojó por lo que le paso. Que pérdida tan grande.

10 consejos prácticos para mantener las expectativas reales:

  1. Vive en el tiempo presente, reconoce los momentos que están sucediendo y aprovéchalos
  2. Busca lo bueno, enfócate en lo positivo de cada situación
  3. Aprecia las cosas pequeñas
  4. Sé flexible, acomódate y adáptate a las circunstancias
  5. Encuentra las oportunidades en cada momento
  6. No te limites a buscar sólo lo que esperabas, quizá hay algo mejor que desconoces
  7. Experimenta y libérate del miedo o el control
  8. No asumas ni exijas: fluye y deja fluir
  9. Confía en tus capacidades y muestra seguridad
  10. Piensa, habla y sé una persona positiva y agradecida. Así te conviertes en un imán que atrae lo bueno.

En realidad, la vida está llena de grandes sorpresas – es  precisamente esto lo que la sazona. Nada como saber que las cosas son lo que son, no lo que uno quisiera que fuesen. Tener una disposición positiva, estar alerta y tener la capacidad de aprovechar lo que sucede, hace que las expectativas sean una buena ilusión, que nos motiven y nos alienten a buscar, trabajar, a descubrir oportunidades que enriquecen cada momento. Esperar casi con obligación, exigiendo un derecho que no nos pertenece, es vivir con una gran carga de enojo, decepción y – por qué no – vivir en un continuo tormento, ya que las cosas no sucedieron como uno esperaba.

¿Tu, qué opinas?

“Soñar, sí. Claro, siempre y cuando no te olvides que hay que despertar, ver la realidad, y aprovechar las oportunidades que se te presenten” 

 

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