Cuando las noches de buen sueño escasean, la solución podría requerir un poco de investigación, pues la mayor parte de los problemas para dormir es tratable y hacerlo, generalmente, mejora el sueño nocturno.
Dormir no es un lujo, porque el sueño reparador es tan importante para la salud como lo es la buena nutrición y el ejercicio. Dormir es necesario para pensar claramente. Los estudios han revelado que descansar bien mejora la respuesta del organismo frente a infecciones. Las pruebas plantean que el cerebro trabaja mucho durante el sueño, creando posiblemente las vías necesarias para aprender, formar nuevos recuerdos, entender las cosas y descubrir soluciones creativas a los problemas. El sueño insuficiente se vincula a depresión e irritabilidad, además de diabetes, problemas de peso y ansias de ingerir alimentos con alto contenido de calorías y carbohidratos.
Los problemas del sueño generalmente son tratables y existe una amplia variedad de formas de lidiar con éstos, desde la erradicación de siestas hasta el tratamiento de cualquier problema subyacente. De hecho, los problemas del sueño generalmente conducen al descubrimiento de un problema médico tratable, como por ejemplo, dolor sin buen control, micción nocturna frecuente y enfermedades que producen tos o ahogo.
Es posible recurrir a medicamentos para tratar el insomnio, pero la mayoría de estas ayudas sólo debe tomarse durante corto tiempo porque pueden crear dependencia o su efecto puede desaparecer. Por otro lado, las terapias conductuales, como la terapia cognitivo conductual (CBT, por sus siglas en inglés), también pueden ser útiles. La terapia cognitivo conductual intenta reemplazar los pensamientos negativos sobre el sueño con pensamientos más realistas y positivos. Los estudios han revelado que la eficacia a largo plazo de la terapia cognitivo conductual es por lo menos igual a la de los medicamentos, pero sin efectos secundarios.
El insomnio y la depresión generalmente van de la mano. Muchas personas desarrollan insomnio antes de deprimirse y los estudios demuestran que el insomnio no resuelto aumenta el riesgo de depresión. Pese a que no se sepa claramente si el uno causa el otro, ambos pueden empeorar sin tratamiento.
Antes de determinar un plan de tratamiento, es importante advertir al médico sobre síntomas de insomnio y de depresión. Para tratar el insomnio, por lo general, se recurre a un antidepresivo, como la trazodona (Desyrel), que también puede ayudar con la depresión. Otros antidepresivos podrían tener propiedades estimulantes y empeorar el insomnio.
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