El horno de microondas ha causado desde su inicio una verdadera revolución en la cocina porque facilita y acorta considerablemente el modo de cocción de los alimentos, pero también se ha dicho que la radiación que emite puede ser nociva a las personas. Entérate de lo que tienes que hacer para usar tu microondas con seguridad y sacarle el mayor partido posible.
Aunque los efectos a largo plazo de los hornos de microondas tienen que estudiarse más, los efectos a corto plazo han sido investigados en profundidad por la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), que lleva a cabo pruebas en sus propios laboratorios para asegurarse de que las personas pueden usarlos sin peligro. Su conclusión es que puedes usarlos con seguridad, aunque tomando algunas precauciones para evitar contratiempos y lesiones.
¿Sabes cómo funciona tu horno de microondas?
Los hornos de microondas emiten ondas de radio de una frecuencia extremadamente alta, que pueden reflejarse en ciertas superficies o son transmitidas o absorbidas por ellas. El metal refleja las ondas que traspasan sin embargo el cristal y los materiales plásticos. Cualquier cosa que contenga humedad, (grasa, azúcar, agua) absorbe la energía de las ondas. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, las vibraciones que se producen en las moléculas líquidas del alimento son tan rápidas que crean suficiente calor para cocinarlo.
Es cierto que los niveles de radiación elevados pueden ser peligrosos. Pero según la FDA, la radiación que emiten los hornos de microondas por centímetro cuadrado es mucho menor que la que producen las máquinas de rayos X en los hospitales.
Las ventajas del horno de microondas
- Resulta muy conveniente para descongelar los alimentos (siempre que la etiqueta indique que es seguro usar este método). Se recomienda sacarlos de la envoltura original para que los químicos que hay en ella no pasen al alimento
- Cuando se cocina un alimento, se pierden o se degradan muchas de las vitaminas que contiene, sobre todo la vitamina B, la vitamina C y el ácido fólico. Mientras más tiempo dure la cocción, mayor es la pérdida. Como el horno de microondas cocina los alimentos con gran rapidez, la pérdida de esas sustancias es menor.
- Por ejemplo, los investigadores de la Universidad de Cornell hallaron que casi todo el folato de la espinaca se conservaba, mientras que al hervirla se perdía alrededor de un 77 por ciento. Otro ejemplo es el brócoli. Si lo cocinas en agua hirviendo, pierde glucosinolatos, unas sustancias que tienen propiedades anticancerígenas.
- Y en la Universidad de Cornell se encontró que el tocino cocido en el microondas tenía niveles más bajos de las peligrosas nitrosaminas, que el que se cocina por el método tradicional.
Al usarlo, toma medidas de seguridad
- Lo primero: lee con cuidado las instrucciones del fabricante antes de usar el horno de microondas, y síguelas al pie de la letra.
- Para que un alimento quede bien cocido, debe recibir el calor de forma uniforme durante la cocción. Si el alimento no se cocina apropiadamente, las bacterias tienden a permanecer y a multiplicarse en la parte que no queda bien cocida, lo que puede dar lugar a una intoxicación alimenticia. Pero en el horno de microondas pueden quedar áreas que reciban menos calor que otras. Para que esto no ocurra, extiende el alimento de forma pareja, y mezcla la comida o rota el recipiente durante la cocción, de modo que el calor se esparza uniformemente.
- La FDA recomienda quitarle el hueso a los pedazos grandes de carne para que se cocinen bien. Y cubrir el recipiente con una tapa o una envoltura plástica, pero de manera que no quede muy ajustada para permitir que salga el vapor.
- No uses tu horno de microondas para cocinar un ave rellena.
- Emplea los utensilios apropiados para el horno de microondas. Usa piezas de cristal y cerámica, con una etiqueta que indique que son seguras. No uses metal o papel de aluminio, ya que pueden calentarse excesivamente. Puedes usar envolturas plásticas especiales, papel encerado, bolsas para el horno y toalla de papel blanca. Nunca papel periódico ni bolsas del supermercado.
De todas formas, es importante que uses el sentido común con tu horno de microondas para no hacerte daño y aprovecharlo al máximo. No lo uses, por ejemplo, para alimentos que deben dorarse o tostarse, como papas fritas o tortillas de maíz. Y recuerda que los alimentos se calientan mucho en el horno de microondas. Deja que se enfríen unos minutos antes de manipularlos, especialmente los líquidos, que pueden derramarse hirviendo y causar quemaduras graves.
Además, asegúrate de que la puerta del horno de microondas esté bien cerrada antes de echarlo a andar. Si no cierra bien, busca a un técnico para que solucione el problema o compra uno nuevo. Y trata de no quedarte de pie frente al microondas mientras está funcionando. Mientras más alejado estés, te expondrás a menos radiación.
Si sigues estas sencillas recomendaciones, podrás ahorrar tiempo en la cocina sin perjudicar tu salud. No te olvides de leer cuidadosamente las instrucciones del fabricante antes de usar el horno de microondas o cualquier otro electrodoméstico casero.
Imagen © iStock / donald gruener
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