Sin lugar a dudas, la tecnología nos brinda posibilidades brillantes de eficiencia y comunicación que no habíamos visto previamente. Pero para muchos, el mantener los ojos fijos en la pantalla de la computadora (ordenador), del teléfono celular y de otros aparatos digitales, puede hacer que todo se vea ¡muy borroso! Aprende a proteger tu vista en un mundo cada vez más digitalizado.
Al final del día tienes los ojos resecos, enrojecidos y hasta te han salido arrugas en el entrecejo. La causa puede ser que te has vuelto adicto(a) a tus aparatos digitales. Se trata de un problema que algunos expertos en el cuidado de la vista denominan síndrome visual informático o SVI (también conocido come síndrome de la visión por computadora o por ordenador) y que puede llegar a afectar hasta al 90% de las personas que pasan de dos o más horas seguidas al día “pegadas” a la pantalla, ya sea de la computadora, de una pantalla de lectura electrónica (e-book), de un teléfono inteligente o de una tableta. Los síntomas pueden incluir visión borrosa, dolores de cabeza, resequedad de los ojos y hasta miopía a largo plazo. Si trabajas frente a una pantalla, o pasas horas en la computadora, no esperes a que aparezcan los síntomas. Empieza a prevenir el problema a partir de hoy.
¿Por qué sucede, si veo bien?
Nuestros ojos están diseñados para ver objetos de forma tridimensional, es decir, con profundidad. De manera que si enfocamos la vista en una pantalla en la que las imágenes se proyectan solamente en dos dimensiones (sin profundidad), los ojos tienen que hacer un esfuerzo adicional para enfocar la visión. Además, el punto natural de enfoque de los ojos se sitúa aproximadamente a unos 20 pies (6 metros) frente al rostro (de ahí que la visión normal se considere 20/20, es decir que la persona pueda enfocar correctamente un objeto a una distancia de 20 pies). Sin embargo, la mayoría de las personas se sientan a menos de 2 pies (60 cm) de distancia de la pantalla de la computadora, lo que fuerza al anillo de los músculos en el ojo a contraerse continuamente para reajustar el enfoque.
Para que entiendas mejor cómo sucede el enfoque de los objetos, repasemos brevemente el proceso visual, o cómo funciona el ojo: la córnea, que es la superficie transparente al frente del ojo, permite que pase la luz proveniente del objeto que se mira. La luz atraviesa el iris (que funciona como una especie de diafragma) y llega al cristalino (que actúa como una lente). El cristalino tiene la función de ajustar el enfoque de los objetos en la retina. Para realizar este ajuste intervienen los músculos ciliares, situados arriba y debajo del cristalino. Para enfocar un objeto que está cerca, o sea, para que la imagen se forme en la retina, los músculos ciliares se contraen y el grosor del cristalino aumenta, acortando la distancia del enfoque. Si el objeto está lejos, los músculos se relajan y la lente se adelgaza. Este proceso de ajuste sucede continuamente y se llama acomodación o adaptación.
Imagínate entonces, que si fijas la vista en cualquier tipo de pantalla digital durante horas, los músculos ciliares del ojo, en el proceso de adaptación constante, están sometidos a tal presión que no pueden relajarse, ni siquiera cuando desvías la vista. El resultado es la visión borrosa, uno de los principales síntomas del SVI. Esta desaparece en unos segundos, pero si la presión en los músculos del ojo se sigue repitiendo, seguirás viendo borroso, sentirás los ojos muy cansados y hasta puedes padecer de dolores de cabeza.
Otro molesto síntoma es la resequedad de los ojos, que puede parecer menos serio que la visión borrosa, pero cuidado: el ojo produce lágrimas para librarse de objetos extraños e impurezas, por lo que la resequedad puede aumentar el riesgo de desarrollar infecciones. La mayoría de las personas parpadea un promedio de 18 veces cada minuto, precisamente para “limpiar” el ojo y mantenerlo lubricado. Pero los estudios demuestran que frente a una computadora o a un dispositivo digital se parpadea mucho menos (unas 6 veces por minuto). El resultado son los ojos irritados y secos.
Entonces, ¿qué hago?
Claro que la solución no es deshacernos de la tecnología, sino reajustar la forma en que la usamos. Te recomiendo lo siguiente:
- Comienza a aplicar la regla “20-20-20”: esto significa que cada 20 minutos aproximadamente, debes retirar la vista de la pantalla y durante 20 segundos enfocarla en un punto fijo a unos 20 pies de distancia. Como cualquier ejercicio, funciona mejor si lo practicas con regularidad. Pero por poco que lo hagas, siempre notarás alivio, especialmente al final de un largo día de trabajo.
- Adapta tu posición: trata de sentarte a unos 2 pies (24 pulgadas) de distancia del monitor.
- Adapta también la posición de la pantalla: idealmente los ojos deben quedar a nivel del borde superior del monitor, de forma que tengan que mirar ligeramente hacia abajo (ayuda a mantener los ojos más hidratados porque los párpados están un poco más cerrados y no hay tanta evaporación de las lágrimas).
- Mantén el área de trabajo bien iluminada e inclina la pantalla hacia abajo para reducir el resplandor. ¿Cómo puedes saber si el resplandor es excesivo? Si tienes que cubrir la pantalla del celular o del libro electrónico para poder leer el mensaje o el texto, el resplandor es excesivo. Gradúa las cortinas de la habitación, ajusta el nivel del brillo de la pantalla o invierte en un protector anti resplandor para la pantalla (no son muy costosos).
- Aún cuando no tengas problemas con la visión, considera adquirir un par de gafas para la computadora que te ayudarán con tu vista a medio rango. Si necesitas gafas o lentes para ver de cerca o de lejos, asegúrate que el nivel de aumento sea el adecuado para reducir el esfuerzo adicional de los ojos y por consiguiente, los síntomas del SVI.
- Cada vez que puedas, parpadea. Cuando te sientes frente a una pantalla durante un par de horas (y muchas personas de todas las edades lo hacen prácticamente a diario), toma un pequeño receso y parpadea lentamente. Utiliza lágrimas artificiales para lubricar los ojos en caso necesario.
Existen otros factores que agravan los síntomas del SVI. Entre éstos se encuentran:
- La falta de sueño: sentirás los ojos irritados si duermes menos de las horas necesarias, y la continua irritación puede acarrear inflamación e infección, especialmente si usas lentes de contacto. Si tienes que trabajar frente a una pantalla todo el día, toma recesos regulares y hasta una siestecita, si fuera posible. Si sientes los ojos muy cansados, aplica un paño humedecido en agua tibia sobre los párpados cerrados. Presta atención a las señales de tu cuerpo: los ojos cansados e irritados te indican a gritos que es hora de descansar o dormir.
- Usar lentes de contacto incorrectamente: es imprescindible que los uses como te ha indicado el oculista (oftalmólogo u optometrista) y que los mantengas bien limpios, especialmente si usas computadoras y/o aparatos (o dispositivos) digitales a menudo. Para darles un respiro a los ojos, usa gafas o espejuelos de vez en cuando. Evita dormir con los lentes, aunque sean del tipo “extended wear” (para uso prolongado).
Usa los avances de la tecnología para tu beneficio, pero nunca en perjuicio de algo tan importante como tu vista. Ya ves que tomando unas simples medidas, los molestos síntomas del síndrome visual informático pueden aliviarse. ¡Ponlas en práctica hoy mismo!
Imagen © iStock / stock colors
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